El embalse de la Sotonera está situado al suroeste de la Hoya de Huesca. Recibe las aportaciones de manera natural de los pequeños ríos Sotón y Astón, que recogen las aguas de sierra de Aniés y la sierra de Loarre respectivamente. Sin embargo el mayor aporte hídrico proviene del canal de Monegros que deriva las aguas desde el río Gállego mediante la presa de Ardisa. Este conjunto de obras forma parte del ambicioso Plan de Riegos del Alto Aragón.
Las obras de la presa de la Sotonera terminaron definitivamente en 1963. Debido a la orografía del terreno, escaso en accidentes geográficos destacados, fue necesario construir un dique de gran longitud, mediante material suelto y prensado. Su longitud de coronación es de 3.870 metros, con una altura sobre los cimientos de 32 metros. Alberga una capacidad máxima de 189 Hm3.
Dos son las carreteras que sirven de acceso principal a la Sotonera. Una de ellas desde Esquedas, entre Huesca y Ayerbe. La segunda y más frecuentada desde Almudévar, en la autovía mudéjar, entre Zaragoza y Huesca. Ambas confluyen a los pies de la presa, siendo necesario tomar dirección a Puendeluna. A unos tres kilómetros parte el desvío indicado que conduce a la presa y al club náutico, donde puede aparcarse el vehículo.
LONGITUD |
DESNIVEL |
PENDIENTE |
FIRME |
DIFICULTAD |
28 km |
50 m |
variable |
regular |
baja |
Junto al bar-restaurante del club náutico hay una barrera que impide el tránsito de vehículos rodados. Desde este punto parte una carretera con buen firme que recorre el dique de la presa con un trazado no rectilíneo. En todo momento se pueden observar amplias vistas de la lámina del agua donde es fácil la observación de aves.
Tras recorrer unos dos kilómetros se pasa junto al poblado de Tormos, a los pies de la presa. Se corresponde con una antigua aldea, sobre cuyos restos se edificó este poblamiento para alojar a los operarios e ingenieros que trabajaron en la obra. Consta de una plaza de la cual parte una calle flanqueada por viviendas y que desemboca a los pies de la iglesia. Sin detener el ritmo, en el tramo final, se pasa junto al singular edificio desde donde se toman las aguas del canal de Monegros. Y poco más adelante aparece el aliviadero que vierte las aguas al río Sotón, cuando se han invertido los primeros 3,9 km de ruta.
Tras atravesar la barrera se accede directamente a la carretera. A la izquierda se toma dirección a Esquedas. Bordeando el pantano, a los 6,4 km se pasa a la altura de la paridera de La Atalaya, compuesta por varios edificios. Desde este punto parte la pista que asciende a la construcción defensiva cuya visita se deja para la tarde. Continuando por la carretera llega un momento en que se atraviesa el cauce del río Sotón, marcado en el paisaje por los tamarices que le acompañan. Tras la advertencia de zona inundable en la carretera, a los 11 km de recorrido, se toma una pista a la izquierda. Su trazado bordea pinares de repoblación que acompañaron la obra hidráulica, atravesando la acequia de la Sarda.
La pista asciende ligeramente hasta unas naves agrícolas y justo al rebasarlas gira bruscamente a la derecha hasta dejar en la carretera de acceso a Montmesa. A la izquierda se toma dirección al núcleo. Se alcanza un cruce al llegar a los 12,7 km, que cuenta con varios paneles informativos. A la derecha y sin entrar en la localidad se bordea el casco urbano por la derecha. El firme asfaltado acompaña este trazado mientras se siguen las indicaciones de la alberca de Alboré. A la salida se convierte en una pista en buen estado. En el próximo cruce a tres se toma la pista central. Las vistas ahora son mucho más amplias, con grandes campos de cultivo a ambos lados del trazado rectilíneo de la pista.
Poco a poco asciende, gira a la izquierda y se interna en un carrascal. Cuando se han recorrido 17,2 km parte un ramal a mano izquierda. Medio kilómetro después surge un grupo aislado de carrascas. Antes de rebasar el tendido eléctrico de gran tensión debe tomarse un sendero y cien metros después se alcanza un magnífico mirador. Desde este puesto privilegiado se divisa toda la cuenca hidrográfica de la Sotonera, con el embalse y las zonas limítrofes. En primer plano está la paridera de Antonié y más adelante la alberca de Alboré. Este humedal de gran importancia sólo está inundado cuando el nivel del pantano es alto.
Volviendo a la pista principal se avanza de nuevo escoltado por las carrascas, alternando con tramos que permiten divisar amplios campos de cultivo. De repente comienza el descenso que desemboca en el puente sobre el canal que alimenta el embalse con aguas provenientes del río Gállego. Hasta este punto se habrán recorrido 22 km.
Avanzando al frente entre pinares, a unos cien metros parte una pista a mano izquierda. Ahora pasa junto a una zona inundable sólo con la máxima cota, con arbustos de poco porte y con buenas vistas de las sierras prepirenaicas. Se alcanza el punto kilométrico 23 y con la bicicleta debe atravesarse una trinchera rectilínea, resto de un antiguo trazado ferroviario. Una senda sirve para marcar el recorrido, siendo necesario atravesar una zona de desprendimientos en la zona central sin apenas dificultad. Al final de este tramo se alcanza un cruce múltiple. Debe tomarse el ramal derecho en un tramo de pista en mal estado y unos metros después otra a mano izquierda.
Avanzando se bordea el pinar que cubre los alrededores del embalse mediante un trazado sinuoso y en regular estado. Entre la vegetación es visible en todo momento la lámina de agua. Después de rebasar los 25 km de ruta se alcanza una terraza ligeramente elevada desprovista de vegetación. Un buen mirador desde donde contemplar la gran superficie inundada por el embalse.
Sólo resta retomar la pista con un tramo pedregoso en ligero descenso. Se alcanza una urbanización y tras tomar el ramal derecho se llega en breve la carretera. A la derecha conduce a Puendeluna, pero debe tomarse la izquierda en dirección a la presa. Dos kilómetros y medio después de retomar el asfalto surge el desvío que conduce al club náutico y se alcanza el punto de inicio donde termina la ruta circular.
Para la tarde se propone completar con el vehículo la visita a los puntos de mayor interés del entorno del embalse de la Sotonera. En primer lugar debe rodearse de nuevo el embalse por la carretera hasta alcanzar la población de Montmesa. Su reducido casco urbano se asienta en una pequeña colina coronada por la iglesia de San Miguel. A pesar de su origen románico del cuál resta el ábside semicircular, su elemento más significativo es la torre estilo mudéjar del siglo XVII. Su decoración en ladrillo embellece el tramo más elevado de la torre, de planta octogonal. En la parte más alta se abre una plaza donde se ubica el Centro de Interpretación de las Aves Alberca de Alboré. A pesar de que el gran humedal cuenta con aves durante todo el año, los meses de enero y febrero son la época más interesante para acercarse a ver las abundantes grullas que utilizan la alberca de Alboré como dormitorio.
Y como colofón a la ruta se recomienda volver sobre los pasos y subir a La Atalaya, como es conocido el castillo de Tormos. Desde la carretera es fácil identificar la pista de acceso que parte junto unas parideras. Debe tomarse el ramal principal que avanza en paralelo al promontorio rocoso en cuyo extremo se alza la antigua fortaleza. Un kilómetro y medio, con un repecho en la parte final, deja en la parte más elevada. Sólo resta tomar el camino a la derecha para avanzar entre campos de cereal y vegetación arbustiva. En el último tramo la pista está en regular estado. Tras poco más de tres kilómetros de recorrido total se llega a los pies de la torre. Fue un punto de defensa utilizado durante la Reconquista. El paso del tiempo ha hecho perder uno de los muros laterales de su planta cuadrangular, dejando al descubierto el interior. Las vistas del embalse desde este punto elevado bien merecen la visita. Si además se acompaña de las luces rojizas del atardecer el momento entonces puede ser inolvidable.