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Ruta Tierra de Biescas, pedaleando por el Serrablo

Tierra de Biescas en un territorio formado por una amplia y extensa llanura surcada por el río Gállego. Al norte queda delimitado por las murallas rocosas de Sierra Tendenera y Sierra Telera, separadas por el congosto de Elena. En la zona central está escoltada por Punta Güé y el Monte Oturia. El arte serrablés constituye su elemento diferenciador, albergando ejemplos notables de este estilo románico tan singular.
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La Ruta Tierra de Biescas es un sencillo recorrido ciclista que tiene como punto de partida la localidad de Biescas y que termina en el mismo lugar. En su trazado se combina el asfalto de carreteras de poco tránsito y de las calles de la población, con la tierra de una pista en el trazado de vuelta. El desnivel es inapreciable en buena parte de su recorrido, a excepción de un pequeño repecho antes de alcanzar Lárrede. Estas características la convierten en un agradable paseo en el cual disfrutar del paisaje fluvial formado por el río Gállego.

LONGITUDDESNIVELPENDIENTEFIRMEDIFICULTAD
19 km (ida y vuelta)100 mvariablebuenofácil

La ruta tiene como punto inicial la plaza de España, centro neurálgico de la población de Biescas. Frente al ayuntamiento está ubicada la oficina de turismo donde poder obtener más información sobre esta bella población y sus alrededores. Tomando la carretera que conduce a Orós Alto se pasa junto al parque de la Conchada. Una vez dejada atrás la población se atraviesa el canal de evacuación de la central hidroeléctrica mediante un puente. A partir de este punto el recorrido coincide con la carretera que discurre por la margen izquierda del río Gállego. Tras recorrer dos kilómetros se atraviesa el barranco de Sía mediante un nuevo puente. Aparece encauzado para el control del caudal en caso de desbordamiento. Un poco más adelante se pasa cerca del núcleo de Orós Alto. El ciclista circula de una manera cómoda por una carretera que serpentea atravesando una gran llanura en la que abundan los campos de cultivo y los pastos.

ciclo9_llanura

Poco después de superar los primeros cuatro kilómetros se atraviesa Orós Bajo. A escasos metros de la carretera se encuentra uno de los ejemplos del arte serrablés. Las iglesias del Serrablo tienen unas características comunes y se sitúan en un espacio reducido, en la cuenca alta del río Gállego. Fueron llevadas a cabo entre los siglos X y XI. Se caracterizan fundamentalmente por sus torres con similitudes a los minaretes musulmanes, el uso del arco de herradura en vanos y el alfiz, así como por la decoración con bandas y arquería ciega en sus ábsides. La iglesia de Santa Eulalia de Orós Bajo es una de las últimas manifestaciones de este estilo. Su ábside presenta arquería ciega que se apoya en columnas planas o lesenas.

ciclo9_orosalto

Una vez abandonada la población la ruta avanza en ligero descenso aproximándose al río, oculto tras la vegetación de ribera. En apenas dos kilómetros se alcanza un cruce de carreteras. Continuando por la margen izquierda se toma dirección a Lárrede. En un primer tramo se atraviesa de nuevo una zona cubierta por pastos, y un poco más adelante un pequeño ascenso sirve de antesala a la población que marca la mitad de la ruta. Lárrede posee la iglesia más importante del estilo serrablés. Cuenta con planta de cruz latina, al añadir dos capillas junto a la cabecera. El acceso está formado por un sencillo arco de herradura enmarcado por un alfiz. En su fachada luce además varias ventanas con arcos similares. La cabecera sigue la tipología del resto de iglesias. Y finalmente destaca su esbelta torre, con ventanas de tres arcos características de este estilo.

ciclo9_larrede

Ya de vuelta, a poco más de un kilómetro de Lárrede, se pasa junto a la ermita de San Juan de Busa. Constituye uno de los ejemplos más emblemáticos de este conjunto de iglesias, rodeado de un espacio natural precioso. Su portada cuenta con dos arcos, uno de ellos decorado. Y la cabecera sigue los cánones del resto de iglesias serrablesas, con baquetones y arquería ciega.

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Se alcanza el cruce anterior, junto al cual está al área recreativa de Oliván, un espacio bien acondicionado donde poder realizar un pequeño descanso. Para continuar con la ruta circular es necesario atravesar el río Gállego por el puente de Oliván. Ya en la otra orilla una pista en buen estado recorre la margen derecha del río. En un primer tramo de poco más de un kilómetro la vegetación de ribera acompaña al ciclista. Le sucede un tramo de un kilómetro adicional en el cual atraviesa una plantación de chopos, un paisaje característico que acompaña a muchos ríos. Dependiendo del estado de la plantación, ésta puede ofrecer desde un bosque de árboles alineados de diferente tamaño hasta un paisaje deforestado en el momento de su tala.

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En el tramo final la ruta atraviesa el barranco de Arás. Primero se atraviesa el cauce abandonado y seco, por el cual el 7 de agosto de 1996 pudieron bajar 500 m3/segundo que arrasaron el camping de Las Nieves y sesgaron la vida de 87 personas. Un poco más adelante aparece el actual cauce regulado, atravesado por un puente. A partir de este punto se retoma el asfalto. Un camino aproxima a la población de Biescas, donde poco a poco van surgiendo las primeras viviendas. Se alcanza la avenida de Zaragoza, eje que vertebra la zona donde se agrupan las viviendas de segunda residencia del núcleo. Al final, con el sinuoso trazado de la calle Rambla de San Pedro, se alcanza el puente sobre el río Gállego. Éste conecta los dos barrios en los cuales tradicionalmente ha estado dividida la población. Al otro lado surge la plaza de España, punto de inicio y fin de la Ruta Tierra de Biescas.

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La escasa longitud permite realizar la ruta durante la mañana de manera pausada y disfrutando del paisaje. Por la tarde se recomienda un paseo por Biescas, una de las localidades pirenaicas más turísticas. Su desarrollo urbanístico y de servicios engloba un casco urbano partido por el río Gállego. En la margen derecha está el barrio de San Pedro, que se culmina con la iglesia que le da nombre. Fue reconstruida según estilo neoclásico en el siglo XX y luce una torre cuadrada visible en cualquier estampa de la población. En la parte baja del barrio, cerca del puente se encuentra la Torraza, el edificio civil más importante. Tras su restauración el interior cuenta con un espacio expositivo dispuesto en cuatro plantas. En la margen izquierda está el barrio de la Peña, coronado por la iglesia de San Salvador. De su fábrica románica se conserva sólo el ábside semicircular, siendo reconstruido el resto tras el paso de la guerra civil. En el recorrido por las calles no se debe pasar por alto algunos edificios de interés, entre los que destacan Casa Sebastián y Casa Pepe Estaún.

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CICLOTURISMO Monegros

Ruta de los Miradores, una visión del paisaje monegrino

La Ruta de los Miradores pasa por cuatro puntos desde donde disfrutar de unas magníficas vistas del paisaje monegrino. En estas panorámicas se combinan los desniveles formados por barrancos con los amplios horizontes de la llanura, en el entorno de la población de Monegrillo. Todo ello hilado con un recorrido perfecto para realizarse en bicicleta el cual discurre por pistas en buen estado y tramos de carretera.
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Esta ruta ciclista circular tiene como partida la localidad zaragozana de Monegrillo. Está emplazada al sur de la comarca de los Monegros y al pie de la Sierra de Alcubierre. Para alcanzar este lugar en coche es necesario salir de Zaragoza por la carretera que conduce a Sariñena. Después de pasar Villamayor de Gállego surge un desvío a la derecha que atraviesa el paisaje típicamente monegrino. Una vez en el pueblo, se atraviesa el casco urbano por la calle San Roque y la calle Mayor hasta alcanzar el pabellón polideportivo, situado en el extremo opuesto a la travesía. Desde este punto se empieza a rodar con la bicicleta.

LONGITUDDESNIVELPENDIENTEFIRMEDIFICULTAD
31,4 km 200 mvariablebuenomedia

Se toma la pista que sale de la parte trasera de las instalaciones deportivas. Al abandonar la población se pasa junto a varios observatorios astronómicos, que hacen singular a esta localidad, desde la cual es posible la contemplación estelar gracias a la lejanía de grandes núcleos habitados. En este entorno, a pie de pista aparece la balsa Frella. Debido a la sequedad de estas tierras son abundantes las balsas para su aprovechamiento tanto ganadero como para otros usos. Ésta en concreto fue utilizada también como lavadero por la cercanía a Monegrillo.

ciclo7_balsafrella

Poco más adelante los campos se alternan con sabinas, entre las que destaca la sabina Cascarosa, tras haber recorrido dos kilómetros desde el inicio. Se trata de un ejemplar singular, de 16 metros de altura, con una edad que superará los mil años. Es una de las últimas supervivientes de los extensos bosques que hasta tan sólo unos cientos de años cubrían estos montes.

Sabina Cascarosa

La pista comienza el ascenso, con una rampa fuerte de camino a la Estiva. Éste era el punto de llegada de los pastores trashumantes que venían del Pirineo, en concreto de la localidad de Ansó, para pasar el invierno con sus rebaños de ovejas. Una vez recorridos 4,7 kilómetros, al final de la subida se emplaza el mirador de la Estiva a mano derecha. Desde este lugar se disfruta de una panorámica de la estepa y las poblaciones allí enclavadas.

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El paisaje cambia y la pista se va adentrando en un pinar de bosque carrasco acompañado de vegetación formada por matorral mediterráneo. En una pronunciada curva, en el punto kilométrico 7,5 parte un ramal que en unos metros alcanza el mirador de la Gabardera. Perfectamente acondicionado, como todos los demás, se observa otra panorámica de las estribaciones de la Sierra de Alcubierre. Los pinos cubren la parte baja de las laderas erosionadas que conforman el paisaje.

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La pista continua su trazado bordeando la cabecera del barranco de Bujal. En este tramo el piso cuenta con algún tramo en regular estado debido a las rocas que despuntan sobre el trazado. Tras recorrer 13,4 kilómetros surge el mirador de Bujal. Desde este punto se disfruta de una magnífica vista de este espectacular barranco en forma de «V». Está compuesto por laderas uniformes donde afloran estratos calizos. Cuenta con una anchura media de 250 metros y una profundidad máxima de 200 metros.

ciclo7_barrancobujal

El recorrido atraviesa un paisaje menos agreste, en el que se combinan cultivos y algunas parideras, con pinares en las laderas. En el kilómetro 15,7 la ruta se incorpora a la carretera asfaltada que atraviesa la sierra procedente de Lanaja. Tras alcanzar los 18 km se abandona el asfalto, tomando un ramal señalizado a mano derecha. Seiscientos metros después parte un camino que conduce hasta una paridera. Parando el cuentakilómetros se asciende hasta el mirador de Miramón por una trocha empinada. Una rampa de fuerte desnivel deja a los pies del punto geodésico, ubicado a 621 metros de altitud, lugar donde se ha colocado el mirador de más amplios horizontes de toda la ruta, gracias a su posición aislada y privilegiada. Los pinares densos cubren el paisaje a su alrededor, y la estepa en dirección al sur completa las amplias vistas que desde aquí se disfrutan.

ciclo7_miradormiramon

De nuevo en la pista, en un cruce múltiple se toma el ramal de la derecha. El recorrido en constante descenso atraviesa una densa masa de pinar. Poco a poco van a apareciendo los campos aterrazados en la Val del Conde. Se pasa junto a varios ejemplares de pinos singulares, y en el kilómetro 21,9 se dejan las indicaciones de la ruta de los Miradores a mano derecha. Sin abandonar la pista principal por la que se circulaba en menos de dos kilómetros se alcanza la carretera que comunica Monegrillo con La Almolda. Por ella se vuelve de manera cómoda hasta la población de partida. Una vez se divisa el pueblo, una pista asfaltada en el km 30,4 surge a mano derecha. Por ello se alcanzará el pabellón deportivo que marca el punto final de la ruta.

Para la tarde se propone la visita a las dos poblaciones situadas en las inmediaciones de la ruta. Sin abandonar Monegrillo un paseo por la localidad ofrece dos ejemplos de arquitectura civil de interés. La Casa Panivino es un palacio aragonés de ladrillo construido a finales del siglo XVII. Consta de varias plantas y está rematado con galería de arquillos de medio punto y alerón. Junto a ella la Casa Rocañín de similar estructura, con vanos enrejados en la planta noble, y galería de arcos adintelados en la parte alta. Un poco más adelante surge el epicentro de la localidad. Una plaza donde se ubica el ayuntamiento y la iglesia de la Asunción, la cual perdió su torre durante la guerra civil.

Nueve kilómetros le separan de la vecina localidad de Farlete. En la plaza más céntrica se alza el ayuntamiento y la iglesia de San Juan Bautista, edificio que fue reconstruido tras la guerra civil. La torre es lo más significativo, de planta cuadrada y octogonal rematada con tejadillo. Tomando una de las calles que se dirigen a la sierra de Alcubierre, cercana al pueblo se encuentra la ermita de la Virgen de la Sabina. El origen del santuario se remonta al siglo XIII, aunque el edificio actual fue terminado en 1687. El acceso a la ermita tiene un arco de entrada que da a un patio, en el cual está el acceso a la capilla.

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Bajo Aragón CICLOTURISMO

Vuelta a las Saladas y la Estanca, alrededor de Alcañiz

Un viaje en bicicleta en torno a la ciudad de Alcañiz descubre una combinación de parajes que da lugar una geografía diversa. En ellos el agua, su uso y regulación, han determinado la configuración actual. Un recorrido que atraviesa la vega y huertas en torno al río Guadalope, las lagunas endorreicas de las Saladas de Alcañiz y el humedal de La Estanca de Alcañiz. Todo ello a escasa distancia de la capital del Bajo Aragón turolense.
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La ruta cicloturista propuesta conduce a Alcañiz, a la cual se accede por la N-232. Esta carretera nacional enlaza el mar Cantábrico con el mar Mediterráneo pasando por Zaragoza y Alcañiz. Una vez alcanzada la ciudad se puede dejar el vehículo en el entorno del río Guadalope, junto al puente que sirve de acceso al centro histórico de la población. En un pequeño parque situado a escasa distancia del puente se encuentra la fuente de los 72 caños. Éste es el punto de partida.

ciclo6_fuente72caños

Se trata de un recorrido circular, con punto de inicio y el final en Alcañiz, en la monumental fuente situada junto al río Guadalope. A lo largo de 33 kilómetros se atraviesa un territorio sin desniveles importantes. El itinerario combina el asfalto, en casi la mitad del recorrido, y pistas con muy buen piso.

LONGITUDDESNIVELPENDIENTEFIRMEDIFICULTAD
33 km
150 m0,45%buenomedia

Remontando unos metros la ribera por su margen izquierda se pasa bajo el puente. Junto a la pasarela peatonal se toma una calle que asciende hasta el camino de San Antonio. Tomando esta vía enseguida se pasa bajo las arcadas del acueducto del Molinillo, un antiguo molino de harina que fue transformado en una fábrica de lanas en el siglo pasado. A través de un camino asfaltado se abandona el casco urbano y comienza su recorrido flanqueado por huertas tradicionales. Hacia atrás hay buenas vistas del cerro Pui Pinos, donde se asienta el castillo calatravo que corona la ciudad.

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En un primer tramo atraviesa un pequeño túnel bajo la variante de la localidad. Se sigue de frente y al alcanzar el km 1,3 se gira a la derecha superando una pequeña acequia. Cuando se llevan dos kilómetros, en una zona de antiguas graveras, se toma el ramal derecho. En el km 2,5 se toma un nuevo desvío a la derecha. Se sigue por el camino principal bordeando una explotación ganadera que se emplaza a la izquierda. Una vez recorridos 3,6 kilómetros aparece un cruce múltiple. La pista asfaltada por donde se circula se junta con otra. A la izquierda parte otra de manera perpendicular que atraviesa una acequia por la cual se continuará. Poco después se toma la bifurcación a la derecha. En el km 4,7 se sigue al frente dejando la pista principal que gira a la derecha bordeando una gran casa de campo. La nueva pista en peor estado se debe mantener sin desvíos hasta llegar a cruzar el Canal de la Estanca y poco después la carretera nacional N-211. Se continúa al frente tomando una amplia pista en buen estado. El paisaje estepario ahora domina el horizonte. Tras un ligero descenso se divisa la cuenca donde se asienta la primera de las saladas, la Salada Jabonera. En uno de los costados se emplaza un observatorio de aves desde el cual se disfruta de una buena vista de esta cuenca endorreica.

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La pista avanza hasta llegar a un cruce donde debe tomarse dirección a la izquierda, en el km 7,4. En este nuevo tramo un olivar acompañará al ciclista por la derecha. En el km 8,6 se alcanza una pista principal. Girando a la izquierda en unos 200 metros se llega a la Salada Grande. A la derecha de la pista un panel interpretativo invita a realizar una parada para contemplar su extensión, en medio de un paisaje estepario, sin apenas vegetación de porte. Un poco adelante en la pista un indicador marca el ascenso a un mirador ligeramente elevado desde donde las vistas son más amplias.

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Retomando el itinerario, en medio de la gran recta, surge una pista a mano derecha en el km 10,5. Avanzando por el llano se alcanza un nuevo cruce a un kilómetro en el cual se toma el ramal derecho. Un poco más adelante se rebasa la Salada Pequeña, situada a la izquierda. Para aproximarse a su orilla hay que sobrepasar el campo que lo separa de la pista. Se avanza por la pista para alcanzar un cruce múltiple en el km 13,5. Allí se toma dirección a la izquierda. Continuando por la pista en el km 14,8 se toma otra que sale a la derecha y 200 metros después se toma un desvío a la izquierda. A poca distancia se alza la ermita de San Miguel, en estado de abandono. A los pies se alza una masía también en mal estado. La ermita conserva su fachada, en la cual despunta una gran espadaña de dos vanos. En su interior conserva los muros, así como los arcos que sustentaban la cubierta ahora inexistente.

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Se retoma la ruta sin dejar la pista por la que se circulaba y en el km 16,9 surge un nuevo cruce. Allí se toma el ramal derecho. 700 metros después se gira a la derecha y cuando el cuentakilómetros señala los 20 kilómetros se llega a la carretera nacional N-232. En este punto debe cruzarse y enfrente parte una nueva pista. En ligero ascenso se alcanza un punto que ofrece buenas vistas de los alrededores de Alcañiz. Comienza un suave descenso sin abandonar la pista principal que conduce a la carretera que sirve de acceso a Motorland, cuando se alcanza el km 22,3. Al frente continúa la ruta acercándose a la masa vegetal que oculta la Estanca de Alcañiz.

A 300 metros se coge a la derecha un ramal de acceso restringido a vehículos. Sin abandonar el trazado principal, la pista se adapta el perímetro sinuoso de la Estanca de Alcañiz. Hasta sus orillas llegan los pinares que la bordean. Son numerosos los lugares de descanso habilitados, así como varios miradores para observar las diferentes aves que habitan en este humedal.

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Tras alcanzar los 25,9 kilómetros se llega a un bar, que se acompaña de un parque infantil y de un pequeño club náutico. De los tres caminos asfaltados que arrancan en este punto se toma el central, el cual se acerca a una antigua canalización de hormigón. Junto a ella se discurre alcanzando el km 26,6, donde se gira a la derecha. Ahora se circula por una carretera asfaltada paralela al antiguo trazado del ferrocarril de la Vía del Zafán. Más adelante la carretera ocupa el recorrido ferroviario.

Junto al cementerio, se sigue al frente pasando cerca de la antigua estación de ferrocarril de Alcañiz. La carretera avanza y se pasa por debajo de un pequeño puente. A medida que se aproxima a Alcañiz, se disfruta de vistas diferentes de su casco urbano. Finalmente las viviendas se van acercando. Casi al final de la carretera, es necesario tomar la última bocacalle a la derecha que tras un quiebro desemboca en la avenida de Tortosa, tras haber recorrido 31,5 kilómetros. Se llega a una pequeña rotonda, y ahora sólo resta tomar a la derecha el Paseo Andrade que discurre en paralelo al río Guadalope por su margen izquierda. Cuando el cuentakilómetros marca los 33 kilómetros de recorrido total se alcanza el punto de partida.

Para la tarde se propone la visita turística a Alcañiz. Una de las ciudades más importantes de Aragón ofrece al visitante múltiples atractivos turísticos. El punto de partida está en la plaza Mayor, donde se emplaza la oficina de turismo. Desde su interior parte el acceso a los pasadizos medievales, donde además de los curiosos corredores se conserva una antigua nevera. Ya en la plaza destacan los edificios del ayuntamiento y la Lonja medieval. Cerca se emplaza la gran fábrica de la ex colegiata de Santa María la Mayor. Y en la visita es imprescindible subir hasta el castillo de los Calatravos, en cuyo interior hay un parador nacional, pero cuyas estancias históricas pueden visitarse. Entre todas las estancias destacan el conjunto de pinturas murales del siglo XIV, uno de los más destacados de Aragón.

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CICLOTURISMO Hoya de Huesca/Plana de Uesca

Camino Natural de Loreto y el Canfranero, en Huesca capital

En las cercanías de la ciudad de Huesca se encuentra el santuario de Loreto, al cual se accede desde el casco urbano por el camino del mismo nombre. En su entorno hay varios humedales de interés que se pueden visitar a través de la red de caminos y carreteras locales. La propuesta cicloturista ofrece varias alternativas mediante las cuales poder adaptar el recorrido a la capacidad del ciclista.
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El Camino Natural de Loreto y el Canfranero aprovecha en parte la antigua vía férrea de la línea Zaragoza-Canfranc a su paso por la capital oscense. Tras la construcción de la variante ferroviaria en el año 2007 fue desechado el trazado que atravesaba la ciudad. El acondicionamiento de su plataforma ha creado un camino natural apto para el tránsito peatonal y de bicicletas. La propuesta principal se apoya en este trazado y se complementa con el camino de Loreto que sirve de acceso al santuario y a la alberca de mismo nombre. La longitud total es de 12,5 kilómetros. Debido a su sencillez se puede optar por disfrutar de este recorrido o ampliarlo con dos ramales. El primero de ellos hasta la alberca de Cortés, añadiendo 8,5 kilómetros entre ida y vuelta; el segundo hasta el embalse de Valdabra, con 15 kilómetros más incluyendo la vuelta. De esta manera se ofrecen tres posibilidades, con recorridos de 12,5, 21 o 36 kilómetros respectivamente, a elegir según la capacidad física de los ciclistas.

LONGITUDDESNIVELPENDIENTEFIRMEDIFICULTAD
12,5 km (ida y vuelta)40 m0,6 %buenobaja
21 km (ida y vuelta)60 m0,6 %buenobaja
36 km (ida y vuelta)120 m0,6 %regularmedia

El punto de partida es la ciudad de Huesca, en concreto la calle Ricardo del Arco. Ante el camping San Jorge de Huesca existe un aparcamiento acondicionado para vehículos. A escasos metros discurre el trazado ferroviario. Su firme de tierra compactada es ideal para la circulación de bicicletas. El trazado rectilíneo y ligeramente ascendente abandona la urbe rodeado de campos de labor. Atraviesa la autovía por debajo de ella y después gira ligeramente manteniendo el trazado recto. Tras recorrer cuatro kilómetros se alcanza el primer cruce. Un poco más adelante hay una pequeña área de descanso.

ciclo5_caminonaturalcanfranero


En este punto hay dos opciones. Para continuar con la propuesta principal debe tomarse el camino que conduce al santuario de Loreto. Si por el contrario se quiere optar por ampliar la ruta se puede tomar el primer ramal que conduce a la alberca de Cortés. Para ello es necesario coger el camino que conduce a Alerre. En esta localidad se pasa junto a las antiguas escuelas y cerca de la plaza donde se encuentra el moderno ayuntamiento y la iglesia que destaca por la torre de aspecto defensivo situada junto a ella.
Atravesando la población por la calle principal, ésta gira hacia la derecha y se encamina a la carretera regional que conecta Huesca y Ayerbe. Para cruzarla es necesario extremar la precaución. Justo enfrente parte una pista asfaltada que de manera directa conduce a Chimillas. Tras atravesar una zona de unifamiliares se alcanza una rotonda. Al frente parte la calle que conduce a la iglesia, junto al edificio del ayuntamiento. Desde esta plazoleta se abandona la población por la calle de la alberca, que se convierte en camino poco después. Tras el cruce de varias acequias se avista la zona de carrizal a mano derecha que se inunda cuando la alberca de Cortés está llena.

A la derecha continúa el trazado del camino que la bordea llegando a la zona de mayor profundidad junto a la presa, tras recorrer poco más de cuatro kilómetros desde el arranque de este ramal. Desde este punto se divisa la lámina de agua por completo, y es fácil observar anátidas que permanecen durante todo el año. La vegetación a base de chopos y carrizos que bordean la alberca forma un entorno de gran belleza. La historia de esta alberca se remonta al año 1501, tras ser ordenada su construcción por el Castellán de Amposta, máxima autoridad de la Orden de San Juan de Jerusalén en la Corona de Aragón. En 1879 fue reformada para integrarla en la red de regadíos dependientes de la presa de Arguis. Forma parte de la red de riegos de la ciudad de Huesca, y de ella parten dos acequias.

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Tras volver por el mismo recorrido se alcanza el cruce anterior. Desde este punto una pista en buen estado lleva a Huerrios, una pequeña localidad que se atraviesa por la calle de la iglesia. Al final es necesario tomar la derecha y parte un nuevo camino que llevará a un cruce carretero donde extremar la precaución. Al frente un camino conduce sin pérdida hasta el santuario de Loreto. La tradición dice que en el siglo III nació y vivió San Lorenzo en este lugar. Sus padres, San Orencio y Santa Paciencia, lo educaron en la fe y éste llegó a ser diácono del papa Sixto II. En este punto se construyó sobre la antigua capilla donde fueron enterrados sus padres un santuario ya documentado en el siglo XII, siendo el actual edificio obra del siglo XVIII. Destaca por su gran volumen en medio de la llanura cubierta por campos.

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Desde la plaza que antecede al santuario parten varios caminos. Uno de ellos se encamina a la alberca de Loreto, tras seguir la señalización. En ligero descenso se alcanza el humedal en apenas unos minutos. Junto a la chopera situada en el extremo occidental de la alberca parte un sendero apto para bicicletas que bordea su perímetro, cerca de la lámina del agua. En su recorrido hay varios paneles de interpretación y dos observatorios. Fue construida entre los siglos XV y XVI para dotar de riego a las tierras cercanas a la capital. Para ello se toman las aguas del río Isuela. Posteriormente fue también incorporada al sistema de riegos del embalse de Arguis. Sus carrizales sirven de refugio a un buen número de especies, y la facilidad de observación de aves convierte a esta balsa en un lugar ideal para los ornitólogos.

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Junto al desagüe de la laguna hay un observatorio. A escasos metros hay un cruce de pistas. Una de ellas sirve para continuar con el recorrido que rodea la laguna. Y para tomar el segundo ramal es necesario optar por la pista al frente que toma dirección al este. Después se alcanza una carretera y a la derecha hay una rotonda con circulación de vehículos. Un puente sobre la autovía entre Zaragoza y Huesca permite pasar a la otra margen. Tomando dirección al Parque Tecnológico Walqa, entre los restos del antiguo carrascal surgen los edificios que lo forman. Recorriendo la vía principal continúa la ruta por una pista pasando junto al castillo de Pebredo y restos de una balsa. Más adelante se alcanza el castillo de Colchoné.

A la derecha parte una pista que conduce de manera directa a la cuenca donde se ubica el embalse de Valdabra. Se atraviesa un bonito carrascal y después se abre una amplia llanura rota por escasos carrizales que marcan el límite del embalse. La pista avanza entre campos de cereal y algunas carrascas hasta toparse con la presa. En este punto se avista de manera completa el humedal y el paisaje que lo rodea. De la alberca al embalse hay una distancia de siete kilómetros y medio.

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Desde la presa debe volverse por el mismo recorrido hasta la alberca de Loreto. Siguiendo las indicaciones se termina el recorrido que la bordea hasta alcanzar la zona más frondosa y bonita del humedal. Una vez en la pista se vuelve por el mismo camino al santuario de Loreto. Tras pasar por delante del edificio, un poco más adelante hay un crucero donde arranca la pista que conduce a la ciudad de Huesca.

A mitad de camino aparece el monumento a Santa Paciencia. Según se dice en este lugar la madre de San Lorenzo y San Orencio les esperaba a la vuelta de la escuela. Precisamente desde este lugar es visible la ciudad y todo su entorno. Ya sólo resta en ligero descenso atravesar la autovía mudéjar y alcanzar de nuevo el antiguo trazado del ferrocarril. El último tramo discurre por el mismo itinerario hasta alcanzar el punto inicial del recorrido.

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Para la tarde se recomienda la visita al CDAN, Centro de Arte y Naturaleza. Se ubica a los pies de la carretera que une Huesca con Ayerbe, poco después de abandonar la capital. Rodea al moderno edificio un precioso viñedo. El edificio alberga también la Fundación Beulas. En su interior además de la colección de arte contemporáneo de diferentes artistas aragoneses y españoles suele haber exposiciones temporales. Es un buen complemento para la ruta cicloturista de la mañana. Y en caso de disponer de más tiempo también se puede dar un paseo por la ciudad de Huesca, disfrutando del vergel urbano del Parque Miguel Servet, uno de los sus atractivos. Y también de su patrimonio artístico de gran importancia con la catedral o la iglesia de San Pedro el Viejo entre muchos otros edificios de interés.

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CICLOTURISMO Gúdar-Javalambre

Vía Verde de Ojos Negros, surcando túneles y viaductos

La vía verde más larga de España discurre entre Teruel y Valencia. En su parte más elevada atraviesa un paisaje salpicado de sabinas y masías, entre las sierras de Gúdar y Javalambre. La orografía obligó a construir túneles y viaductos, que junto con su trazado suave y descendente, dan lugar a una atractiva propuesta cicloturista.
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La vía verde de Ojos Negros utiliza el trazado del antiguo ferrocarril minero de Sierra Menera, el cual comenzó a funcionar el 27 de julio de 1907. Fue construido para transportar el hierro extraído en las minas de Ojos Negros hacia el puerto de Sagunto. Se da la paradoja de que esta línea de ferrocarril, de 205 kilómetros de longitud, se trazó casi en paralelo a la línea de la Compañía del Ferrocarril Central de Aragón debido a las altas tarifas que imponía dicha compañía. Su vida estuvo siempre condicionada por el nivel de actividad de su cuenca minera. Con la puesta en marcha de la planta siderúrgica de Sagunto, éste fue creciendo llegando a limitar su expansión. Se alcanzaron acuerdos con Renfe, propietaria entonces de la otra línea, para traspasar a esta empresa el transporte de hierro, y finalmente en el año 1972 se clausuró el ferrocarril minero.

En esta propuesta se plantea recorrer una parte de la vía verde, entre el Puerto de Escandón y Venta del Aire, ambos puntos con apeaderos de la línea actual de Renfe y con acceso para vehículo. Entre ellos la distancia es de unos 34 kilómetros y su trazado es ligeramente descendente. Para esta opción es necesario disponer de vehículos de apoyo ya que contempla realizar sólo el trazado de ida. En caso de no contar con ello otras opciones son realizar recorridos de ida y vuelta entre Venta del Aire y La Puebla de Valverde (51 km), o entre Venta del Aire y Sarrión (22 km). Se recomienda en estas variantes tomar como punto de partida Venta del Aire para realizar de trazado de vuelta en descenso.

LONGITUDDESNIVELPENDIENTEFIRMEDIFICULTAD
34 km
220 m0,8%buenomedia

El punto de partida es el Puerto de Escandón. Desde la autovía mudéjar, a unos 13 kilómetros de la ciudad de Teruel en dirección a Valencia, aparece la salida en dirección a Formiche Alto y Bajo. En este punto y visible a la derecha se encuentra la solitaria estación de la actual línea férrea Teruel-Sagunto que lleva este nombre. En paralelo a la antigua carretera nacional arranca la vía verde. El paisaje es suave y alomado, en el cual se alternan campos de cultivo, sabinas y carrascas. Las únicas edificaciones son algunas masías, casas de campo que denotan el único asentamiento humano de la zona. El pavimento que acompañará en todo el recorrido está asfaltado y junto a la pendiente ligeramente descendente facilita el rodaje de las bicicletas. En este tramo se suceden varias trincheras, zonas en las que la vía férrea atraviesa elevaciones en el terreno que se salvaron creando pequeños desfiladeros por los cuales discurre el recorrido.

ciclo4_nadamassalirpuertoescandon

Tras recorrer 9,3 kilómetros se alcanza la estación de La Puebla de Valverde. Poco antes es necesario desviarse unos metros del antiguo trazado ferroviario y cruzar la carretera que sirve de acceso a la población, sólo distante un kilómetro y medio. Junto a la vieja estación hay un área de descanso que dispone de varias mesas. También a escasa distancia hay una fonda que cuenta con bar y restaurante. Una vez superado este punto la vía verde se ve condicionada por la ubicación de una extracción de áridos, que junto con la construcción de la autovía obliga a abandonar el trazado original en un tramo. Al igual que todo el recorrido, está bien señalizado. En el kilómetro 11,3 se atraviesa el barranco de Peñaflor. Para salvarlo se construyó un viaducto de 89 metros de longitud, y que se alza a 22 metros de altura. En paralelo discurre un viaducto de similares características utilizado por la línea férrea actual.

ciclo4_viaductobarrancopeñaflor

Un bosque de carrascas, coníferas y árboles de hoja caduca envuelve al ciclista pasando junto a las ruinas de los apeaderos de la Parra. Durante varios kilómetros las dos vías de férreas discurren en paralelo y en línea recta. En el kilómetro 17,2 el ferrocarril minero atravesaba el trazado de vía ancha por encima. La vía verde no lo utiliza debido a su mal estado, como queda de manifiesto por sus oxidados hierros. Cien metros antes se utiliza un puente más sólido para pasar a la otra margen. Más adelante surge el paraje de la Dehesa, un precioso bosque mediterráneo formado por un denso carrascal que impide ver el paisaje circundante. En medio de este tramo un área de descanso dotada de mesas y una pequeña caseta invita a detenerse.

ciclo4_apeaderosdelaparra


El bosque se va abriendo dejando ver de nuevo el horizonte. Tras pasar junto a una estación abandonada se alcanza un área de descanso con excelentes vistas de Sarrión, población turolense bien conocida por el cultivo de la trufa. En este punto se habrán invertido 24 kilómetros de recorrido, y a partir de ahora se suceden las obras de ingeniería más importantes en la construcción de la vía férrea. Nada más abandonar la población, el trazado atraviesa el barranco de los Judíos, y para ello fue necesario construir un viaducto en forma de curva que salva el cauce a 17 metros de altura. A su término se abre el túnel de Sarrión. Su trazado rectilíneo tiene una longitud de 352 metros. En su interior dispone de iluminación que se activa con el paso de los ciclistas. Como curiosidad, este espacio lúgubre y húmedo fue utilizado durante mucho tiempo para el cultivo de champiñones.

La vía verde avanza y poco más de cuatro kilómetros después aparece el segundo de los túneles del recorrido. Un pequeño descenso introduce en un túnel de diferente configuración. El túnel de Albentosa tiene una longitud de 400 metros, y su trazado en curva lo hace más tenebroso. Nuevamente la iluminación en su interior permite sin dificultad atravesarlo. Se trata de una sensación diferente, en la que se combina el frescor, la humedad y la oscuridad. A su salida un área de descanso obliga a detenerse para disfrutar de una preciosa panorámica de Albentosa y su esbelto viaducto. Avanzando por la vía verde se descubre la amplitud del barranco de Albentosa, un profundo tajo que el río del mismo nombre ha tallado en las calizas de la zona.

Tanto el ferrocarril de vía ancha como el ferrocarril minero se vieron obligados a construir un espectacular viaducto. En el caso del que se atraviesa en bicicleta, consta de siete arcos, y la plataforma vuela a 50 m con un recorrido de 104 metros. Una nueva parada es imprescindible para ver desde arriba los altos chopos que escoltan al río, y la vega que cubre el fondo del barranco. Mientras en la parte alta se alza el pueblo de Albentosa, con los restos de su castillo vigilantes desde lo más alto.

ciclo4_barrancoalbentosa


Poco más de tres kilómetros restan para alcanzar Venta del Aire, y finalizar así el recorrido. Sin alcanzar la vieja estación homónima se debe abandonar la vía verde, justo antes de atravesar un arco de piedra rodeado de arbolado que pasa sobre el trazado ferroviario. Desde este punto se conecta con la carretera que comunica Venta del Aire con Albentosa. A la derecha y en menos de un kilómetro se llega a Venta del Aire, un pequeño núcleo que aglutina unas cuantas viviendas y que se asemeja más a un área de servicio de la antigua carretera nacional, muy cerca de la autovía mudéjar.

Tras realizar la ruta ciclista por la mañana, por la tarde se propone la visita a las tres poblaciones que acompañan el tramo recorrido por la vía verde de Ojos Negros. Albentosa se emplaza sobre un cerro que domina el barranco del mismo nombre. Tras introducirse en el casco urbano se alcanza la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, obra del siglo XVI. Tomando la calle ascendente, ésta se convierte en el Vía Crucis del Calvario una vez abandonadas las últimas casas. A mitad de camino hay un acceso a un mirador desde el cual se disfrutan de excelentes vistas del barranco de Albentosa y de sus viaductos. Y en la parte más alta se emplaza los restos de su castillo templario.

ciclo4_viaductobarrancoalbentosa

Sarrión se emplaza a nueve kilómetros del anterior enclave. Se trata de la población más importante, cuyo censo ronda el millar de habitantes. Se accede a través del Portal de Teruel, único testigo de su pasado amurallado. Varias casas nobiliarias acompañan el recorrido hasta la plaza mayor, epicentro de la localidad. Allí se alza el ayuntamiento y la iglesia de San Pedro. Esta construcción tuvo que ser restaurada tras la guerra civil y destaca por sus dimensiones. Su altiva torre se alza en sillería y ladrillo, en planta cuadrada. Desde este punto se puede acceder al barrio viejo, en la parte alta de la localidad. Allí se emplaza la ermita de la Sangre de Cristo. Sobresale su portada gótica formada por tres arquivoltas.

ciclo4_sarrion

Y de camino a Teruel, junto al arranque de la carretera que conduce a Mora de Rubielos, se encuentra La Puebla de Valverde. Recibe al visitante el Portal de Teruel, uno de los dos que conserva esta población. La calle principal desemboca ante una bella plaza donde se alza la iglesia de Santa Emerenciana. De la construcción gótico-renacentista sobresale su portada de estilo manierista, la cual fue terminada en 1591, y que se guarece con un arco de medio punto. Tanto en la calle mayor como en las calles adyacentes sobresalen buenos ejemplos de arquitectura civil de diferentes épocas. La visita termina en el portal de Valencia, en la parte baja, perteneciente a la muralla defensiva y que data del siglo XV.

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Bajo Cinca/Baix Cinca CICLOTURISMO Monegros

Barranco de Valcuerna, un valle estepario surcado por un río

El río Valcuerna es el único cauce de agua permanente que nace en los Monegros. A su paso por este valle estepario, flanqueado por cortados de piedra caliza que alternan con laderas menos agrestes, crea un espacio de diversidad que lo convierte en una de las zonas naturales más ricas de la zona. El punto final es su desembocadura en el embalse de Mequinenza, donde la exuberante vegetación invade sus orillas.
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La propuesta que recorre el barranco de Valcuerna tiene como punto de partida la localidad de Candasnos. Se emplaza a los pies de la antigua carretera de Barcelona, a 85 kilómetros de Zaragoza y a 25 de Fraga. Esta ruta cicloturista combina el asfalto de una carretera local y la tierra de un camino en buen estado. Dependiendo de la capacidad física puede optarse por realizarla completa o hacer un recorrido más corto, descartando la carretera y evitando así la zona de mayor desnivel situada en este tramo. Esta opción reduce el recorrido a 25 kilómetros en total, con una pendiente más asequible, del 1%, y que recorre el tramo más atractivo de la ruta cicloturista.

LONGITUD

DESNIVEL

PENDIENTE

FIRME

DIFICULTAD

35 km (ida y vuelta)

150 m

variable

bueno

media

Tras estacionar el vehículo junto a la iglesia parroquial, se toma la calle mayor que atraviesa el centro del pueblo. Desde la plaza del Redondillo, a la derecha, se sale a la antigua travesía. Tomando dirección a Zaragoza, junto a los últimos edificios parte la carretera que conduce a Caspe. El tramo inicial de esta propuesta discurre por esta estrecha carretera con poco tránsito. A un kilómetro y medio se pasa junto a la Laguna de Candasnos, también conocida como Balsa de los Fabares. Es posible aproximarse hasta la orilla donde un pequeño observatorio permite la contemplación de las aves sin molestarlas. El entorno de la lámina de agua está rodeado de carrizo, y abundan las anátidas que permanecen durante todo el año, aunque también sirve de estancia para aves estacionarias.

ciclo3_lagunacandasnos

Volviendo a la carretera, en su trazado rectilíneo atraviesa un paisaje surcado por grandes campos de cultivo de regadío. En su tramo final comienza un acusado descenso por una val sinuosa que desemboca en un amplio valle, el Barranco de Valcuerna. Junto al kilómetro 5 de la carretera, se toma un camino a mano izquierda. Poco a poco comienza un ligero descenso que acompañará en casi toda la ruta. La vegetación esteparia compuesta por sosas y sisallos delimita el trazado del camino.

ciclo3_barrancovalcuerna

El valle es amplio y el cauce del arroyo sólo se atisba por la densa franja de los tamarizales. Tres kilómetros después de abandonar el asfalto se atraviesa el Río Valcuerna. Se trata del único río que nace en los Monegros de caudal permanente, en parte gracias a los aportes sobrantes de los regadíos de la zona. Este es el único punto de todo el recorrido en el cual se puede ver el curso fluvial, ya que en todo momento está oculto por el túnel vegetal que hace sus riberas impenetrables.

ciclo3_riovalcuerna__

A partir de aquí la pista recorre la margen derecha del río. Las laderas más cercanas situadas a la derecha son menos acusadas en pendiente, y su cubren con vegetación a base de pinos carrascos y algunas sabinas negras. En la margen opuesta predominan los cortados de piedra caliza mucho más descarnados y agrestes. Una vez recorridos cinco kilómetros de camino se pasa junto al Mas de Mariana, donde se toma la pista de la izquierda que avanza en suave descenso. El valle se va estrechando ligeramente y el barranco queda encajonado escuchándose el rumor de las aguas casi oculto por la vegetación. Merece la pena hacer una alto en el camino una vez recorridos 8,6 kilómetros aproximadamente junto a la Balsa Cosco. Se trata de un pozo de seis metros de diámetro recubierto de piedra de sillar, y acondicionado con una barandilla y unos bancos a su alrededor. Destaca un árbol adosado en uno de sus muros, y unos peldaños de piedra que permiten el descenso a su interior, con una profundidad de unos tres metros.

ciclo3_balsacosco

Se retoma la ruta y poco más adelante, en un cruce, es necesario tomar el ramal izquierdo que conduce sin pérdida hasta el punto final de la ruta. Tras un ligero repecho se alcanza un refugio de pescadores, después de haber recorrido once kilómetros de pista. Este punto se localiza en alto, y cuenta con excelentes vistas de la desembocadura del barranco en el Embalse de Mequinenza.

ciclo3_desderefugiopescadores

Es recomendable prolongar la ruta por una pista descendente que arranca antes de llegar al refugio a la derecha. Permite seguir recorriendo durante un kilómetro y medio más la margen derecha del barranco, junto a las orillas del embalse. La vegetación se vuelve más espesa y acompaña a la lámina del agua cuando el embalse está lleno. Se trata de un rincón oculto y de gran belleza, que permite descubrir esta zona agreste y alejada de núcleos urbanos.

ciclo3_embalsedemequinenza

Tras la comida y un merecido descanso, por la tarde se propone completar la visión del particular paisaje monegrino con la visita a la Laguna de la Playa. Para ello es necesario tomar la antigua carretera de Barcelona hasta alcanzar la población de Bujaraloz. En pleno casco urbano arranca junto a una balsa la carretera que conduce a Caspe. Tras un kilómetro se coge una carretera más estrecha en dirección a Sástago. A unos diez kilómetros de distancia de Bujaraloz se alcanza el desvío que conduce a la laguna más representativa y de mayor tamaño del conjunto de saladas de Sástago-Bujaraloz. Con una superficie de más de 200 héctáreas el nivel de agua depende de las lluvias y buena parte del año está prácticamente seca cubriéndose por un manto blanco. En sus alrededores yacen las ruinas de los edificios destinados a la explotación de la sal, donde destacan los pozos de extracción de agua salada para inundar las balsas de evaporación de donde se recogía la sal destinada principalmente a salazones.

ciclo3_lagunadelaplaya

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CICLOTURISMO Zaragoza

Camino Natural de La Alfranca, de la urbe al galacho

Desde Zaragoza parte un camino natural que lleva a la finca de La Alfranca. El recorrido en bicicleta discurre en torno al río Ebro, rodeado de frondosos bosques de ribera que forman sotos. Cerca del punto final se encuentra el Galacho de la Alfranca, un espacio natural protegido, que se acompaña de varios centros expositivos y de un lugar de recreo perfectamente equipado.
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El Camino Natural de La Alfranca es un corredor verde que fue creado dentro de las obras de acompañamiento de la Expo Zaragoza 2008, junto con numerosas actuaciones que mejoraron de manera notable las riberas de los ríos Ebro, Gállego y Huerva, y del Canal Imperial de Aragón en sus trazados urbanos.

El recorrido propuesto cuenta con un total de 31 kilómetros contando con el trayecto de ida y vuelta. Discurre por un camino cuyo pavimento es de tierra batida con algo de piedra suelta. En el caso de que la capacidad del ciclista no permita un recorrido tan largo, se puede reducir tomando como punto de partida el barrio de La Cartuja Baja. Realizando desde este punto el trayecto de ida y vuelta hasta La Alfranca la distancia total se reduce a 18 kilómetros. Si se toma esta alternativa puede alcanzarse dicho punto desde la avenida de la Constitución de La Cartuja Baja, por un camino que parte a la derecha del pabellón deportivo en dirección al río Ebro.

LONGITUD

DESNIVEL

PENDIENTE

FIRME

DIFICULTAD

31 km (ida y vuelta)

0 m

nula

regular

media

El punto de partida es el barrio de las Fuentes, en la zona este de la ciudad de Zaragoza. Hasta este lugar se puede llegar a través del Tercer Cinturón (Z-30), tomando la salida en dirección a dicho barrio en el puente Manuel Giménez Abad. Bajo el puente, en la margen derecha del río hay un aparcamiento para vehículos. El corredor verde arranca entre el puente y el azud cercano, tomando un camino que discurre en paralelo al río Ebro. En su primer tramo se circula entre los campos de cultivo y la frondosa vegetación de ribera.

Se bordea el Soto de Cantalobos, uno de los bosques autóctonos de ribera que todavía se conserva en este tramo del río. Es un refugio para la fauna y la flora de gran valor y muy cerca de la gran urbe, lo cual supone una amenaza para su pervivencia. En su tramo final aparece junto al camino un área de descanso y poco más adelante se pasa baja el puente del Cuarto Cinturón (Z-40), una vez recorridos tres kilómetros y medio. Sobre el camino se alza un espectacular puente en forma de curva, bajo el cual se puede apreciar en toda su magnitud el cauce del río Ebro.

ciclo2_puenteZ40

La pista avanza sin abandonar el río. En este tramo merece la pena una parada en un mirador acondicionado encima de una pequeña torreta de madera, en el meandro de Villarroya. Desde este punto se puede apreciar de nuevo el río, con el bosque de ribera que lo acompaña en su trazado y las praderas formadas en la margen izquierda, siempre y cuando el río no vaya crecido.

ciclo2_mirador

Ya de nuevo en la bicicleta se pasa junto a un área de descanso. Esta parte del recorrido cuenta con un camino más amplio y más seco, ligeramente alejado del cauce y de la frondosidad del bosque. Tras haber recorrido seis kilómetros y medio se incorpora al recorrido el camino procedente de La Cartuja Baja, que sirve de punto de partida para la alternativa antes comentada. Medio kilómetro después una nueva área de descanso precede al punto más singular del corredor verde. Se trata de la Pasarela del Bicentenario, cuya plataforma se cubre con una estructura formada por tubos metálicos de color verde formando hélices. Además de lo bello del puente, éste constituye otro excelente mirador del río, en este caso sobre el cauce.

ciclo_pasarelabicentenario

Ya en la margen izquierda del río, el camino gira bruscamente atravesando huertas y los sotos de Movera y Pastriz. Se bordea una urbanización y más adelante se aleja del río. Tras trece kilómetros de recorrido total el corredor verde alcanza la pista asfaltada que conecta Pastriz y La Alfranca. En este punto un área de descanso permite hacer la última parada antes de alcanzar el objetivo. A partir de ahora se circula por un camino asfaltado. El río ha quedado atrás y ahora el paisaje está cubierto por grandes campos de cultivo, los cuales aprovechan las fértiles tierras que durante siglos ha ido depositando el río Ebro. Tras superar los quince kilómetros de recorrido se alcanzan las instalaciones de la Finca de La Alfranca, punto final del recorrido de ida de la propuesta cicloturista. Junto al restaurante hay una zona de descanso dotada de mesas al aire libre, y también servicios.

ciclo2_laalfranca

Antes de proceder a la vuelta, ya por la tarde, se propone la visita de dos centros de interpretación de gran interés, uno dedicado a los espacios naturales protegidos de Aragón y en concreto al cercano galacho de la Alfranca, y otro que trata de la agricultura. En el entorno además se puede disfrutar de amplios espacios ajardinados singulares como el Jardín de las Rocas.

En su origen la finca perteneció a los marqueses de Ayerbe, los cuales convirtieron un terreno semiabandonado en una próspera finca agrícola y ganadera. Allí levantaron en el siglo XVIII un palacio de estilo renacentista rodeado de preciosos jardines. El hecho histórico que más ha marcado la finca tiene como protagonista al general Palafox. Cuando estaba a punto de caer en una emboscada por los franceses, se ocultó en la finca donde se hallaba su primo el marqués de Ayerbe. Ante el peligro francés en Zaragoza se organizó una resistencia que solicitó al general su participación en el conflicto. Accedió Palafox y empezó a preparar la defensa dando lugar a dos sitios en los años 1808 y 1809. En 1884 se construyó junto al palacio el Convento de San Vicente de Paúl. La fachada presenta dos gruesos torreones en los lados. Tras la venta de la finca fue adquirida por el Instituto para la Reforma y Desarrollo Agrario. En esta época de colonización volvió el explendor a la explotación agrícola y ganadera. Todo este explendor ha ido languideciendo hasta nuestros días en que se mantiene sólo el cultivo de los campos. Después la finca pasó a pertenecer a la DGA. En el año 1991 se declaró la Reserva Natural de los Galachos de La Alfranca de Pastriz, La Cartuja y El Burgo de Ebro. Entonces se llevó a cabo la restauración del conjunto monumental. En las antiguas caballerizas se ha instalado la recepción al conjunto museístico.

En el convento se encuentra el Centro de Interpretación del Medio Ambiente de Aragón. En sus estancias alrededor del claustro se muestran los espacios protegidos de Aragón. Además cuenta varios audiovisuales, sala multiusos y zona infantil. Desde este punto se organizan visitas guiadas a un observatorio situado en el galacho de la Alfranca, donde es fácil la observación de las aves en la zona de más valor del espacio natural protegido. El conjunto se completa con el Palacio de los Marqueses de Ayerbe, sede del Centro Internacional del Agua y el Medio Ambiente. Los jardines tras su rehabilitación muestran el sabor neoclásico y de influencia francesa.

ciclo2_conventosanvicentedepaul

A escasos metros se encuentra un segundo espacio museístico, el Centro de Interpretación de la Agricultura y el Regadío. Junto a la recepción se ofrecen dos audiovisuales singulares. Consta de dos espacios diferenciados. El primero de ellos trata de los regadíos y el agua, con material expositivo y audiovisual, además de numerosos experimentos prácticos en los cuales se basa la distribución del agua en el regadío. El segundo espacio está dedicado a la agricultura y cuenta numerosos paneles y pequeños vídeos relacionados con ésta práctica.
ciclo2_centrointerpretacionagriculturaregadio

Además en el entorno del palacio se ha creado el Jardín de las Rocas. Se trata de un singular jardín en el cual se disponen piedras de gran tamaño, algunas de ellas formando círculos en forma de crómlech, y conformando un itinerario con el paralelismo del juego de la oca. El elemento más singular y visible desde lo lejos es un mirador de madera que ofrece buenas vistas de toda la finca. Dentro de este recinto se ha conservado también una noria que abastecía de agua a toda la finca.

Tras la visita de los centros de interpretación, y el disfrute de una jornada en la finca de La Alfranca todavía queda la vuelta por el mismo itinerario, para lo cual hay que preveer el mismo tiempo que costó a la ida.

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CICLOTURISMO Tarazona y el Moncayo Todas

Vía Verde del Tarazonica, de Tudela a Tarazona

Un modesto tren unía las cabeceras comarcales de Tudela, en Navarra, y Tarazona, en Aragón, hace décadas. Ahora este recorrido puede hacerse en bicicleta de manera cómoda disfrutando a su paso de la vega del río Queiles.
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plano_ciclo1_

En el año 1885 fue inaugurada esta línea de vía estrecha impulsada por la Compañía del Norte. Debido a su lentitud pronto fue conocida como “El Tarazonica” y también como “El Escachamatas”. En el año 1953 Renfe se hizo cargo de la línea convirtiéndola al ancho ibérico. Sin embargo la competencia con el transporte por carretera fue aumentando su decadencia hasta ser clausurada definitivamente en el año 1972.

La realización de esta vía verde puede plantearse de varias maneras según la capacidad del ciclista. El recorrido completo con principio y final en un mismo punto son 44 kilómetros. Para ello no es necesario coche de apoyo y se recomienda Tudela como lugar de partida, ya que el trayecto de vuelta se hace con desnivel favorable. Teniendo coche de apoyo se puede hacer sólo un trayecto reduciendo a 22 kilómetros el recorrido, teniendo como punto de partida Tudela (recorrido ascendente) o Tarazona (recorrido en descenso), siendo ésta última la opción más fácil. También se puede acortar el recorrido sin llegar a Tarazona, si no se dispone de coche de apoyo, partiendo de Tudela. En nuestro caso la propuesta elegida es la primera siendo la más completa y más recomendable.

LONGITUDDESNIVELPENDIENTEFIRMEDIFICULTAD
44 km (ida y vuelta)
220 m1%buenomedia

El punto de partida es la estación de ferrocarril de Tudela, la cual todavía sigue en funcionamiento para dar servicio a la línea Zaragoza-Pamplona. Se accede a este punto desde la avenida de Zaragoza. En la plaza situada ante el edificio el aparcamiento libre es limitado; también puede aparcarse cerca del camino de Caritat por donde pasa después la vía verde. Tomando una rampa en el costado derecho de la estación nace un carril bici. Más adelante se pasa junto a una antigua locomotora que realizó este recorrido adornada con una fuente. Enseguida se deja atrás la población y arranca la pista de tierra de buen firme que sustituye a las antiguas vías. Una pronunciada curva tras pasar bajo un puente enfila el recorrido hacia el Moncayo, el cual será visible en todo el recorrido.

ciclo1_nadamassalirdetudela

A los cuatro kilómetros de trayecto aparece un pequeño merendero llevado a cabo con material ferroviario, así como un monumento en mitad de la vía. A escasos metros una pasarela elevada sirve para salvar la carretera de Ablitas. Avanzando en trazado rectilíneo se pasa por la estación de Murchante, la primera de ellas. Los edificios en ruina junto al andén dan muestra de la falta de uso.

Cuando se llevan 10 kilómetros recorridos se alcanza la estación de Cascante. Aunque en buen estado, se encuentra abandonada. Junto al edificio se ha acondicionado un pequeño merendero, lugar ideal para realizar una primera parada.

Tras pasar a tierras aragonesas, en el kilómetro 15 se pasa junto a la estación de Malón, compuesta por dos edificios uno correspondiente al ferrocarril de vía estrecha y otro al de vía ancha. Un nuevo merendero con abundante sombra sirve para detener la marcha en caso necesario.

A medida que se avanza la figura del Moncayo se hace más presente en el horizonte. El trazado de la vía verde se interna en una gran trinchera rodeada de taludes que se prolonga durante dos kilómetros. Finalmente y con un trazado algo más sinuoso se atraviesan las últimas huertas ya cercanas a la ciudad de Tarazona. El punto final lo pone la antigua estación, ahora reutilizada con usos culturales. Junto a ella hay un parque que sirve para el descanso tras realizar la mitad del recorrido. Hasta este punto se habrán recorrido poco más de 22 kilómetros.

Para completar el itinerario sólo es preciso volver por el mismo recorrido. El trayecto de vuelta es mucho más llevadero, debido a la ligera pendiente descendente. Tras realizar el itinerario ciclista por la mañana, se toma dirección a la población de Malón, en tierras aragonesas. Saliendo desde Tudela por la carretera que conduce a Tarazona, justo antes de alcanzar la población de Novallas parte la carretera que conduce a esta población.

Después de comer se propone la visita al Museo del Agua de Malón. Se trata de un edificio de nueva construcción situado en la parte alta de la localidad, donde estuvo antaño ubicado el castillo. En su interior da la bienvenida el personaje virtual de Silbis, que simboliza el nacimiento del río Queiles en Vozmediano. Su contenido gira en torno al río mostrando mediante audiovisuales la formación de la cuenca, vistas del río en diferentes estaciones, el río a vista de pájaro y una retrospectiva de Malón a través de fotos antiguas. Uno de los lugares más espectaculares del museo es la parte superior, desde donde se puede disfrutar de una magnífica panorámica de la cuenca del río Queiles desde Tudela hasta el Moncayo.

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